En Tu Silencio, Señor

Me he hecho tantas preguntas sin hallar razón, intentando entender mi propia aflicción. Y un huracán en mi voz estalla, gritándote: "¿Dónde estás cuando el miedo me calla?" En este momento tu consuelo me hace tanta falta. Cada mañana tu amor me inunda, y en cada noche mi alma se funda. Entono tus cantos, elevo oración, pues en Ti descansa mi corazón. Me repito al alba: "No te desanimes, porque en el Señor la esperanza es sublime." Más el mundo juzga, hiere y señala, y con su lengua el amor resbala. Hablan de fe, pero usan tu nombre para degradar, para hacer que me esconda. Olvidan que un día también predicaron: "No mires la paja en el ojo del hermano." Cada quien carga su propia cruz, y a cada paso pesa su luz. He aprendido de lágrimas y resistencia, de humillación, de fe y paciencia. La fe que acoge, la fe que abraza, no es la que hiere, ni la que maltrata, ni la que arrasa. Pues el mensaje eterno de Cristo es claro: amor y misericordia, no juicio amargo. Porque el me ha perdonado. Al final del día mi alma reposa, en el amor de Dios, mi paz gloriosa. No hay nada que haga, nada que diga, que aumente o disminuya Su llama viva. "El Señor no mira lo que mira el hombre, sino el corazón, donde el alma responde." Y duermo en Ti, mi buen Jesús, sostén mi vida con tu luz. No apartes de mí tu dulce mirada, enséñame a amar con fe renovada. Llena mi ser de humildad y verdad, que en Ti descanso, en Ti hay paz. Sé que en el silencio te puedo encontrar, en un trozo de pan, en un simple altar. He prometido seguirte sin comprender, aunque a veces no pueda sentirte, te buscaré. Jehová es mi pastor, nada me falta, en su promesa mi alma se exalta. Porque sus planes son de bien y amor, un futuro de gracia en su resplandor. Amén.

by Jadirh González